Hay cosas que las tienes en la cabeza, pero no puedes acceder a ellas en momentos concretos, como cuando alguien se queda en blanco en su exposición.
Te lo digo porque ayer estaba en mi cafetería por la tarde, con dos amigos míos, y había bastante gente.
Y en una de estas mi amigo Marcos me dice, «¿No conoces a ese?», y me señala a un tío de más o menos mi edad.
No, ni idea.
Y mi amigo me insiste, «Sí, hombre… ¿no estudiaste tú con él?«
Le miro, y le miro, hasta el punto de que me quedo mirando, no muy descaradamente, pero fijamente.
No, ni idea de quién.
Hasta que mi amigo saluda a otra persona de ese grupo que resulta que es vecino suyo. Y mientras más o menos nos unimos todos a la conversación, me sigue insistiendo «Que sí, que a este le conoces«. Con tal insistencia que ya le pregunta al presunto desconocido «¿No le conoces a este?«, señalándome a mí.
Imagina cómo me sentía teniendo a esta persona delante, mirándome, dándome cuenta de que no tengo ni idea de quién es, y apurado por tener que decirlo.
Hasta que algo hizo clic en mi cabeza.
«Claro, ya sé quién es«
Era Julito, había estudiado en colegio con él.
Sí, era él. Los mismos gestos, la misma mirada desconfiada, la misma inclinación de su columna hacia adelante, la misma forma de hablar entrecortada.
En mi mente estaba la información, pero no podía acceder a ella.
Como cuando vas a presentar un proyecto y el proyecto te parece nuevo.
Como si a un pianista su instrumento le pareciese un extraño, como si a un cantante la letra le parece que es la primera vez que la lee. Como si un cirujano estuviese haciendo incisiones sobre la marcha.
Como si no te hubieses preparado y estuvieras actuando a primera vista.
La sensación de que sabes que lo sabes, que lo tienes en tu mente, pero no puedes acceder, como si todo fuese nuevo.
Esa es una de las consecuencias que más me reportan los profesionales de empresa, ejecutivos, directivos o ceos, como uno de los obstáculos para conectar con su presentación y liberar su potencial.
Todos ellos ya habían probado lo de prepararse más, sin resultados. Porque llegados a este punto, no es un tema de conocimiento. Es un tema mental.
Por eso son tan grandes los cambios cuando alguien supera el miedo escénico y lo deja por fin en el pasado.
Por cierto, los profesionales que superan el miedo escénico, reportan que conectan con su equipo mucho más.
Pero eso te lo cuento en otro momento.
Nos vemos,
Fernando
De Prepararse Tanto...
¿Por qué Alguien Sigue Sin Tener La Seguridad Y Confianza En El Momento De La Verdad?
Es probable que asumieras como verdad, desde la escuela de negocios, que necesitabas practicar más para dar la interpretación que tú sabes que puedes dar, o que simplemente, con exponerte más veces, los nervios se irían yendo.
Pero la realidad es que cuantas más veces actúas con la mentalidad incorrecta, lo único que podrías estar perpetuando es tu habilidad de tener nervios y de sufrir en tus presentaciones, en el momento de la verdad, acumulando malas experiencias.
Los deportistas llevan tiempo entrenando su mentalidad para llegar al alto rendimiento. Si eres un profesional de empresa y lo que quieres es disfrutar de tu profesión, y sentir la seguridad que necesitas en el momento de la verdad, conectando con tu trabajo profesional y contigo, igual te interesa saber cómo están consiguiendo otros ejecutivos y directivos, eliminar esos nervios y el miedo escénico con una metodología específica.
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